29.8.06

Una temporada de verano... ¿inolvidable?

Entrado ya en su recta final el mes de agosto, la temporada veraniega de sol y playa de 2006 cabe calificarla de más que satisfactoria... al menos desde un punto de vista cuantitativo, que es el que desde siempre más gusta a los políticos, sean del signo partidista que sean.

MÁS CANTIDAD
Se han batido récords en llegadas aeroportuarias, gracias a los vuelos de compañías de bajo coste, se han alcanzado ocupaciones plenas en bastantes fechas en muchos establecmientos hoteleros, e incluso hay empresas hoteleras que han podido mejorar de modo apreciable sus márgenes gracias al volumen de demanda añadido por los TT.OO., como consecuencia del carácter de destino refugio que tienen los ubicados en España respecto de los emplazados en el Mediterráneo oriental.

¿MÁS INGRESOS?
El quid de la cuestión, para muchas empresas, era si podrían mejorar sus ingresos. Salvo excepciones, porque en un sector tan atomizado como es el hotelero hay situaciones muy diversas, puede adelantarse que sí.
Lo admiten -cuando se les pregunta- aunque su respuesta es en voz baja -casi como si estuviesen avergozados- algunos empresarios hoteleros que hacía un lustro que no mostraban tamaña satisfacción... y tanto silencio.

SILENCIO MUY EXPRESIVO
Cuando las cosas van bien, nadie clama por más inversión pública en promoción ni suele abrir la boca. Que ya dice el refrán que en boca cerrada no entran moscas. El silencio, los silencios empresariales, son reveladores hasta la saciedad. Nos "hablan" con esa ausencia de lamentos de otros años.

LAS COSAS ¿VUELVEN A SER COMO ANTES?
Que nadie se llame a engaño, que una temporada excepcionalmente provechosa no tiene por qué repetirse el año que viene, a pesar de los contratos y cupos ya apalabrados con algunas mayoristas.
Las circunstancias de esta temporada han quebrado la línea descendente y decadente del maduro sector receptor español. Los problemas en destinos ajenos han hecho posible el "milagro", una vez más, porque como si de un ciclo se tratara el comodín -destino refugio- permite salvar la partida a falta de cartas buenas, aunque coyunturalmente mejores que las de los oponentes.

EL DECLIVE DEL EMISOR DE EE.UU.
Los datos -fiables unos más que otros- hablan de que el mercado interior ha sido clave en la salvación de la temporada, junto con la fortaleza del emisor del Reino Unido. En el otro extremo de la balanza, el mercado emisor de Estados Unidos prosigue su declive y España no interesa allí como destino, salvo para el activo sector de cruceros con base en Barcelona. Y aún así, descienden año tras año las llegadas de norteamericanos. Un reto, pues, para los responsables de las administraciones turísticas de aquí y para sus agencias de promoción y de publicidad. Porque si el mercado no responde, algo falla.